– Los expertos rebaten las últimas propuestas del PSOE y presentan sus ideas sobre el mercado de trabajo. Minijobs, contrato único y potenciar el tiempo parcial, encima de la mesa.

Cinco años destruyendo empleo, dos reformas laborales y un mercado de trabajo que no deja de expulsar empleados. Bien se miren los datos de la EPA o los registros de las oficinas de empleo, los datos del paro siguen siendo el factor que que condiciona cualquier percepción de mejoría de la economía española. La convocatoria que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, planteó a los sindicatos y a la patronal empresarial abre la puerta a nuevas medidas para atajar el gran problema del paro: el 57% de desempleo juvenil.

Las demandas de un gran acuerdo nacional por el empleo abren incluso el melón de una nueva reforma laboral. El PSOE ya ha exigido al Gobierno que modifique la norma. La oposición socialista ya ha enseñado sus cartas. Su propuesta de establecer una moratoria a los despidos hasta el año 2015 fue rechazada por la Comisión Europea. Los motivos para el rechazo derivaron del modo de financiar el plan, no de un análisis de las medidas. Desde Bruselas han descartado la petición de Rubalcaba de utilizar los fondos sobrantes del crédito al sistema financiero, que no es una posibilidad. Pero han confirmado que si España solicita una nueva ayuda estarían dispuestos a concederla, previo acuerdo del Eurogrupo y con la contraprestación de nuevas condicionalidades macroeconómicas.

Pero no ha sido el grueso de la medida lo que ha sido rechazado. Y no se ha rechazado porque la propuesta se parece mucho al modelo que comenzó a implantarse en Alemania hace ya una década. Lo que los germanos conocen como «Kurzabeit» no es más que fomentar las reducciones de jornada como alternativa al despido y con el Estado completando la parte proporcional del salario que el trabajador deja de cobrar. En Alemania, esta medida se puede implementar durante 24 meses y los trabajadores ven reducido su salario y su jornada entre el 60% y el 67% en función de sus cargas familiares. La propuesta del PSOE contempla una bonificación estatal de hasta el 50%.

La gran crítica a es que estos contratos reducidos se convierte en la puerta de entrada al minijob. Pero el profesor de Relaciones Laborales del IESE, Sandalio Gómez cree que el minijob «ya existe» de facto en el mercado laboral español. «¿Qué es si no un trabajo a media jornada remunerado con el 50% del SMI?», señala. A su juicio, lo que habría que instaurar en España es el minijob: «Es algo de lo que no se habla pero que funcionó muy bien en Alemania, mejor que la introducción del minijob y que potencia los contratos a tiempo parcial». Gómez estima que la potenciación del contrato a tiempo parcial podría ayudar a generar empleo, pero ve difícil su aplicación porque «los sindicatos no dejan de poner palos en la rueda calificándolo como un contrato precario».

El profesor del IESE cree que hay que caminar más hacia la flexibilización de las jornadas y a un mayor control y saneamiento de los servicios de desempleo y a la potenciación de autónomos y empresarios.

Un modelo no extrapolable

El presidente de asuntos laborales de la patronal CEIM, Francisco Aranda, cree la propuesta del PSOE «no es ningún descubrimiento». Además, Aranda replica que «no es un modelo válido para el tejido productivo español, porque está pensado para una economía industrial y en momentos de crisis de demanda. Y la crisis en España es de modelo».

Desde la CEIM, y ante la posibilidad de volver a abrir el melón del mercado de trabajo, insisten en la necesaria reducción de los costes laborales a la contratación: «Somos el sexto país del mundo con mayores cargas laborales para el empresario. Altos costes laborales y bajo desempleo nunca van juntos», recalca Aranda. Además, estima que es necesario simplificar la burocracia que frena especialmente los contratos temporales, «que son una buena puerta de entrada para los jóvenes».

Respecto a los minijob, cree que esta figura ya existe en España aunque no se llame así. Pero matiza que la existencia del salario mínimo da más garantías que en Alemania.

Sin novedades

Marcel Jansen, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid piensa que «el PSOE parece haberse olvidado de que la reforma laboral que hizo en 2010 ya facilitó la reducción de jornada. No veo una excesiva novedad en el plan». Jansen recuerda que en España la gran tarea pendiente en materia de desempleo es la reasignación de los trabajadores en declive de sectores como la construcción. Además, valora la propuesta como un «brindis al sol, porque pretende gastar dinero que no es nuestro. Parte de una base equivocada». El también investigador de Fedea cree que fue la mala gestión del crédito de las cajas por parte de sus dirigentes políticos la principal causa de la recesión en España, por lo que cree que una línea de crédito gestionada por un órgano público no es la solución.

Como medida estrella contra el desempleo, Jansen presenta la tradicional reivindicación de Fedea: un contrato único con indemnización creciente en función de la antiguedad laboral. La idea es simplificar la multitud de contratos del mercado laboral y reducir la actual dualidad del sistema que sobreprotege a unos trabajadores y «abandona» a otros. Jansen cree que fomentar los minijobs o potenciar los contratos temporales es «más de lo mismo» y solo incidiría en la precariedad.

El profesor honorario del departamento de Economía de Esade, Eugenio Recio, explica que estas propuestas no tienen relación con los minijob alemanes, «ya que en ese caso no hay complemento del Estado». En la misma línea que su colega del IESE, Recio cree que la figura del minijob ya existe en España. Pero resalta una importante diferencia. La existencia de un salario mínimo corrige la precarización que muchos de estos contratos han experimentado en Alemania.

Analizando la moratoria planteada por la oposición, el profesor de Esade cree que en el plan de reformas alemán hay muchas cuestiones en las que fijarse, pero que «en estos momentos parece inviable por el gasto». Recio muestra su confianza en la actual reforma laboral aplicada y se muestra convencido de que «sus resultados se verán en el largo plazo». Su principal receta no es otra que reformar la «cultura laboral» porque cree que en última instancia medidas como la planteada podrían prestarse al abuso por parte de empresas que sin necesidad de despedir solo pretendan aligerar masa salarial. Además, advierte de los aspectos «nocivos» sobre la productividad de los trabajadores que se sentirían inmunes al despido.

(Noticia extraída de ABC)